Amani

Amani, cuyo nombre significa ‘paz’ en swahili, rinde homenaje a la belleza de la naturaleza. Su textura, que recuerda a los troncos de los árboles, tiene un propósito claro: traer la calma y armonía del mundo natural a nuestros espacios interiores, transformándolos en refugios de paz y pertenencia. Más que una escultura, Amani es un símbolo que insta a la reflexión, recordándonos que como seres humanos, estamos intrínsecamente conectados con la Tierra y que somos tan solo una pequeña pieza de un vasto y maravilloso ecosistema.